¿Cómo Controlar El Temor A La Oscuridad?

El miedo a la oscuridad, es un factor muy frecuente en los niños, que  de una u otra manera le permite mantenerse alerta ante el peligro. En muchas ocasiones son manejados inadecuadamente por el adulto. No lo solucionaremos al decirle simplemente que “no pasa nada”, aunque lo repitamos una y otra vez, porque esto no es lo que ellos experimentan.

Su temor es real, aunque el motivo sea irreal. Si deseas lograr que sus temores desaparezcan, esa no es la manera adecuada.  Puedes utilizar otras  estrategias que den el resultado esperado. La primera con seguridad es que ellos necesitan saber que: lo que sienten es normal y que, nos ha sucedido a muchos o quizás a todos, en un determinado momento de nuestra infancia e incluso adultez. Sentimos temor,  en ocasiones por causas irracionales. Podemos también demostrarle que hay situaciones en las que debemos sentir temor. Como al cruzar la calle sin precaución, Hablar con extraños, etc.

Cuando todo está oscuro, no podemos ver que hay a nuestro alrededor, es momento en que nuestra imaginación, comienza a funcionar, para llenar esos espacios vacíos. Todos podemos imaginar cosas desagradables, que nos causen temor. Pues es hora de enseñar al pequeño a tomar el control de la situación.

La mejor manera será incentivarlo a que lo expulse e su lugar, pedirle se vaya de su espacio a esa imagen que le asusta, para llenarlo con imágenes bonitas y pensamientos agradables. Algo importante que todos podríamos aprender  es: transformar la oscuridad, en un espacio y momento de diversión. La mejor técnica  de aprendizaje en los pequeños, siempre será a través del  juego.

Pongamos en marcha la imaginación. Evoquen su memoria. Recuerden lo que hacían a la edad de sus pequeños en la noche. Quizá exploraban o buscaban tesoros escondidos con una linterna. Las sombras proyectadas en una pared, era objeto de gran diversión para toda la familia. Todos querían participar e imaginar nuevas formas,  el tiempo parecía detenerse o pasar muy rápido. Eran momentos de gran alegría y unión familiar.

Los juegos de “la gallina ciega”, o vendarse los ojos para sacar de una caja improvisada, objetos de diferentes: formas, tamaños, texturas, etc., no sólo brindan mucha diversión sino estimulan sistemas sensoriales, en chicos y grandes. Después de que te hayas divertido mucho con los pequeños, a la hora de ir a la cama, les sugiero hacer una rutina de relajamiento, como tomar un baño, leer un cuento y sobre todo puedes dejar una pequeña luz tipo aplique encendida, por si requiere levantarse al baño.

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