Causas De Retraso Del Lenguaje En Los Niños

Sorprendentemente, estudios recientes han demostrado que un alto porcentaje de la población infantil tiene algún grado de dificultad en el desarrollo de su lengua materna, debido a múltiples alteraciones: entre ellas destacamos de tipo físico como malformaciones a nivel oro facial, que comprometen músculos importantes para el desempeño motor, alterando las praxias (movimientos coordinados) necesarias en el trabajo fonético que debe realizarse en el momento de la elocución (habla).

Trastornos neurológicos o malformaciones congénitas producidas en el desarrollo embrionario o por factor hereditario y que alteran la comunicación, emocionales y ambientales como: la sobreprotección, el habla infantil de los padres al comunicarse con sus hijos, anticipación a sus necesidades, interpretación de su lenguaje en muchas ocasiones ininteligible, por parte de algún miembro de la familia, desorden en la percepción auditiva en la que no existe una correcta retroalimentación y que le impide reproducir correctamente los patrones lingüísticos dados por el interlocutor, en éste caso  la gente que le rodea.

Estos factores deben ser observados y detectados de manera precoz, pues la intervención y estimulación realizada a tiempo es la clave para encaminar su evolución ¿Qué hacer frente a un retraso en el lenguaje? En primer lugar, debemos descartar cualquier tipo de alteración mencionada con anterioridad, para lo cual recurriremos al especialista, el médico del pequeño debe estudiar cada caso y si es necesario pedir otra opinión. Es prioritario descartar cualquier problema de tipo auditivo que pueda interferir en el adecuado procesamiento evolutivo.

Muchas afecciones gripales, frecuentes en los niños, ocasionan infecciones de oído medio, y pueden ir acompañados de una ligera pérdida auditiva que puede prolongarse e interferir en la recepción adecuada de la información, alterando la producción de la misma, por lo que surge la necesidad de detectarlas lo más pronto posible para plantearnos soluciones.

Este factor puede ser muy evidente y podría iniciarse con dolores en los oídos como la primera señal de alerta, sin embargo, no siempre sucede esto, podremos darnos cuenta observando los cambios en la conducta que experimentarán ellos nos darán las pautas necesarias para identificarlas, el pequeño podría estar: molesto, pasivo o poco comunicativo, diferente a su estado habitual.

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